La tecnología no es el único
factor que determina la competitividad, aunque hoy está muy extendido el
criterio de que entre todas las cosas que pueden cambiar las reglas de la
competencia, el cambio tecnológico figura como la más prominente. Las
ventajas competitivas derivan hoy del conocimiento científico convertido en
tecnologías.
La reanimación económica y el
desarrollo del país dentro del contexto mundial actual nos sitúan ante la
necesidad de valorar cómo los procesos de Gestión de la Innovación Tecnológica
permiten la creación de capacidades productivas, y sobre todo tecnológicas en
el marco empresarial y nacional.
Este enfoque conduce análisis
del proceso de innovación como respuesta a apremiantes necesidades económico
– social y su impacto en la sustitución de importaciones, utilización de la
infraestructura productiva y diversificación de los fondos exportables.
La situación actual y las
perspectivas de la economía cubana son muy complejas. La nación tiene ante sí
numerosas necesidades de capital, mercado y tecnología y una gran urgencia de
elevar su competitividad.
En estado de competencia se
encuentran normalmente los países y empresas, tengan o no capacidades que los
hagan competentes. En este caso, se trata de la búsqueda de una
competitividad, rasgo muy característico del proceso contemporáneo que se
hace tomando muy en cuenta el sentido humano del empleo laboral, y tiene
entre sus objetivos primordiales combinar eficiencia económica con un justo
tratamiento social (Bases del Perfeccionamiento Empresarial, 1999).
La empresa debe ser competente.
No hay razón para excepciones, ya que la eficiencia del sector estatal es una
necesidad específica de la economía cubana. Este es un asunto que ocupa
prioritariamente a los ejecutivos de las empresas, a los directivos de éstas
y a la dirección del país en los diferentes niveles.
Es por ello que la misión de la
ciencia y la innovación tecnológica en Cuba en el momento actual debe estar
dirigida hacia esa línea, constituyendo un elemento dinamizador del desarrollo
sostenible del país.
Las mayores dificultades se
presentan en el sector de producción de bienes y servicios, donde la mayoría
de las empresas no cuentan con una disposición innovadora y no disponen de
una planificación y organización de carácter estratégico.
En el sector de los servicios
no se ha prestado la debida atención a la innovación, a pesar del potencial
de este sector para contribuir a un incremento significativo del empleo y la
producción, ganando cada vez más terreno, constituyéndose en un sector
emergente dentro de la economía. Siempre ha habido innovación. Los filósofos
griegos se preguntaban qué pasaría con el trabajo de los esclavos si se
seguían haciendo avances tecnológicos.[ cita requerida] Friedrich
List, a principios del siglo XIX, ya habló ampliamente sobre qué papel
debería jugar el Estado con respecto a la innovación.[ cita requerida] Algunos
académicos[ ¿quién?] le llaman el abuelo del Sistema Nacional de
Innovación.[ cita requerida] Ya en el siglo XX,
uno de los grandes economistas y contribuidores sobre la innovación sería Schumpeter.[ cita requerida] También estaría Marx, que tenía ideas
muy particulares sobre la innovación.[ ¿cuál?]
Si la innovación es empujada
por los proveedores (basada en nuevas
posibilidades tecnológicas) o por la demanda (basada en necesidades sociales
y del mercado) ha sido un asunto muy debatido. Un punto de vista es que
"el reconocimiento de la demanda es un factor más frecuente en
innovación que el reconocimiento del potencial técnico" (Marquis 1969).
Una parte de las innovaciones
inducidas por la demanda son las realizadas por los propios consumidores. Eric
von Hippel,profesor del MIT, ha estudiado en profundidad las innovaciones
producidas por los usuarios pioneros (o lead users), a los que considera una
destacada fuente de innovación, dado que se anticipan a la tendencia del
mercado y a que disponen de los conocimientos e incentivos para desarrollar
sus propias soluciones. Por ello, las empresas pueden obtener provecho
estudiando sistemáticamente a los mencionados usuarios pioneros.
La innovación en los negocios
se consigue de diferentes maneras prestando ahora mucha atención a la investigación y desarrollo para
"innovaciones rompedoras". Pero las innovaciones pueden ser
desarrolladas por meras modificaciones realizadas en la práctica del trabajo,
por intercambios y combinaciones de experiencia profesional y de muchas otras
maneras. Las innovaciones más radicales y revolucionarias suelen provenir de
I+D mientras que las más incrementales suelen emerger de la práctica, pero
existen excepciones a cualquiera de estas dos tendencias. En ambos casos, las
innovaciones son documentadas y protegidas mediante patentes u otro
esquema de propiedad intelectual. De hecho, según Michael
Porter el nivel de innovación de una región puede estimarse con la
cantidad de patentes generadas.
La innovación no necesita ser
tecnológica. Por ejemplo cuando McDonald's
aplicó el concepto de línea de producción para crear un restaurante, pudo
utilizar trabajadores con poca experiencia para fabricar grandes cantidades
de alimento en una calidad estándar y de forma muy rápida inventando la
industria del fast food. Hoy podría haberse protegido por una patente
americana del Método de Negocio aunque no se produjo ninguna novedad tecnológica.
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