miércoles, 18 de enero de 2017

LAS NUEVAS FUENTES DE ENERGÍA Y LOS MATERIALES DE ULTIMA GENERACIÓN , Y SU APLICACIÓN EN LA INFORMÁTICA


La desigual distribución de las reservas mundiales de combustibles 
clásicos (carbón, petróleo, gas natural, etc.) y la sospecha de que en un 
plazo no demasiado largo lleguen a ser insuficientes para cubrir la 
 creciente demanda han obligado a estudiar nuevos procedimientos de
 obtención de energía. Una aspiración de todos los tiempos ha sido la de
 la transformación utilizable de los tipos naturales de e.; sin embargo, su 
desarrollo en gran escala, excepto para el caso de la e. hidráulica, no ha 
pasado todavía del plano experimental. Por ej., la e. de las mareas está 
siendo estudiada con creciente interés; la e. cinética de los vientos, que 
durante siglos ha sido utilizada como motriz para pequeños ingenios, 
está sufriendo también una cuidadosa investigación, así como la 
e.geotérmica de los volcanes que en la actualidad ya suministra calor
 a alguna pequeña ciudad. De cualquier forma, estas ideas representan 
soluciones de tipo local con una gran dependencia de agentes exteriores 
incontrolables y no pueden ser consideradas como de aplicación universal; 
de ahí que la mayor parte de la investigación se oriente en otras direcciones.

La energía nuclear. Desde el descubrimiento de la radiactividad (v.) al 
final del siglo pasado, los físicos han hecho conjeturas acerca de la 
e. almacenada en el átomo. La medida de las masas atómicas demostró la 
existencia de dos reacciones nucleares exoenergéticas aprovechables 
como fuentes de e. útil: la fisión y la fusión nuclear (v.). La reacción de 
fisión, producida sólo en determinados elementos pesados, fue la primera 
realidad en este aspecto. Los reactores nucleares (v.), cuyo objetivo es 
proporcionar un medio en el cual la fisión pueda ser iniciada, sostenida 
y controlada, están suministrando ya una parte sustancial de la electricidad 
consumida en el mundo. El uranio (v.), «combustible» básico para 
estas instalaciones, es un elemento relativamente abundante 
(0,004°% de la corteza terrestre), pero sus minerales lo contienen en muy 
pequeña cantidad, lo que encarece considerablemente su explotación. 
Además, sólo uno de los tres isótopos (v.) que contiene el uranio natural 
es fisionable en alta proporción, el U235, lo que supone la necesidad 
 de consumir grandes masas de combustible. Ello ha llevado a la utilización 
 del uranio enriquecido (con alta proporción de U235) que reduce el tamaño
del reactor y aumenta la vida útil del combustible. El enorme coste del 
 enriquecimiento del uranio hace que su obtención esté todavía limitada
 a países de avanzado desarrollo industrial, lo que obliga a los restantes a 
 depender de ellos para sus necesidades de combustible; países con grandes 
 reservas de mineral de uranio tienden a mantener su autonomía utilizando el 
 uranio natural, a pesar de que ello suponga la construcción de reactores de 
 tecnología ya superada. Por otra parte, un estudio de las reservas
 mundiales de uranio no conduce a conclusiones optimistas. Países en los que 
la proporción de electricidad de origen nuclear va en aumento temen agotar 
 pronto sus reservas y dirigen su atención hacia otro material fisionable:
 el plutonio.

El plutonio se obtiene como subproducto del uranio ya «quemado» en el
reactor; la comparación de las propiedades de estos dos elementos como
 combustibles nucleares, demuestra que el plutonio no presenta
ventajas decisivas para los reactores de tecnología actual (reactores térmicos)
 y no parece que vaya a ser utilizado en ellos en gran escala y con carácter
 general, pero aparece como combustible ideal para los reactores rápidos, que
 son en la actualidad el paso más avanzado de la tecnología nuclear. Éstos se 
 fundan en el empleo de los neutrones desprendidos en la reacción de fisión 
 con toda su e. inicial, lo que supone la necesidad de un agente de 
extracción de calor de excelentes características, p. ej., el sodio líquido.
 Estos reactores constituyen el medio más eficaz para utilizar el plutonio 
 procedente de los sistemas térmicos; su capacidad para
regenerar más plutonio hace que el aprovechamiento de la e. disponible en 
el uranio alcance el 75%, frente a un porcentaje del 1 ó 2% en el caso de 
los reactores térmicos. Inglaterra, país avanzado en este aspecto, tiene 
en construcción el prototipo PFR que estará en servicio antes de 1980.
 Alemania, la URSS y los Estados Unidos tienen
otros prototipos en construcción.

De todas formas, la fisión no es la respuesta completa al problema de la
 obtención de e. nuclear, pues aunque las fuentes de materiales básicos 
son muy abundantes,especialmente minerales de uranio y torio, existen 
muchos países que, o no poseen estos minerales, o no tienen medio para
 preparar el mejor combustible nuclear,el uranio enriquecido. En 
cambio, la fusión nuclear (fundamento de la bomba H)
promete ser la fuente de e. del futuro. Su material combustible esencial es 
el deuterio, isótopo pesado del hidrógeno, que se presenta en el agua 
en la proporción de 1/6.500. La enorme cantidad de agua que existe en la 
Tierra representaría una reserva prácticamente inagotable. Si el proceso 
de la fusión fuera operativo, aun a muy bajo rendimiento, el coste del 
combustible sería insignificante. Pero todavía es necesario resolver 
problemas tecnológicos extremadamente difíciles
antes de que la e. de fusión pueda ser dominada. En numerosos laboratorios 
se investiga sobre estos temas; el principal interés se centra en el estudio del 
plasma(v.), especie de cuarto estado de la materia, necesario para que la 
fusión tenga lugar. Afortunadamente, las reservas de combustibles clásicos y 
de fisión son suficientes para permitir una adecuada investigación de la fusión
 durante varias décadas.

Otras fuentes. El desarrollo de fuentes de e. más pequeñas está adquiriendo
 en los últimos tiempos un gran avance. Son muchos los aspectos de la
 tecnología actual que necesitan fuentes energéticas propias, bien porque
 su funcionamiento exija una adecuada autonomía y no permita la 
conexión a la red general, bien porque su localización esté en sitios 
donde no es posible la llegada de una instalación grande. El vacío existente
 entre las baterías químicas primarias o secundarias, que proporcionan 
potencias de pocos watios, y las grandes centrales eléctricas, se ha 
cubierto con las llamadas pilas de combustible, dispositivos 
electroquímicos semejantes a los acumuladores, pero en los que las
 sustancias reaccionantes son aportadas de forma continua y el 
 producto de la reacción es extraído constantemente. Al igual que
motivos militares en las últimas guerras provocaron los estudios 
minuciosos de la fisión nuclear, el programa espacial está activando 
en gran medida el desarrollo de estas fuentes energéticas intermedias.
 La pila de combustible de hidrógeno y oxígeno es la fuente ideal para 
misiones espaciales de pocos meses de duración: es ligera, limpia, 
sin vibraciones y fácilmente controlable. Para misiones espaciales 
de mayor duración se han desarrollado baterías nucleares basadas 
en la emisión de partículas cargadas desde una superficie recubierta 
con un radioisótopo.

La mayor ventaja atribuida a las pilas de
 combustible parece ser el hecho de permitir la combustión
 de materiales clásicos con un rendimiento de conversión de la
 e. calorífica en eléctrica superior al de las plantas eléctricas de 
vapor actualmente en servicio, puesto que no estarían limitadas 
 por el rendimiento del ciclo de Carnot. En general, se está prestando 
 especial atención al problema de aumentar el rendimiento en las 
conversiones de unos tipos de e. en otros, y en especial las que tienen 
como final la e. eléctrica.

El descubrimiento de la termoelectricidad (v.), la conversión 
termoiónica y la magneto hidrodinámica han permitido pensar en
 una forma de conversión directa que elimine partes móviles de las
 máquinas transformadoras, aumentando la eficacia de los sistemas.
 Con estas nuevas ideas ha empezado a tomar importancia el 
aprovechamiento de la e. solar, que puede ser convertida 
 directamente en eléctrica por generadores fotovoltaicos. El desarrollo
de la primera celda solar de silicio fue anunciado por los
 Bell Telephone Laboratories en 1952; actualmente se construyen celdas
 que aprovechan hasta el 25% de la e. radiante, pero su precio sigue 
siendo muy elevado por lo que sólo se utilizan como fuente de alimentación
 en satélites artificiales.
cibergrafia:

https://sites.google.com/site/yuriddejesusest162/home/apuntes-tercer-grado/temario/bloque-3/a-vision-prospectiva-de-la-tecnologia-escenarios-deseables/a-b-las-nuevas-fuentes-de-energia-y-los-materiales-de-ultima-generacion-y-su-aplicacion-en-la-informatica

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